La amiga, con una mirada llena de deseo y complicidad, le prometió no parar hasta que él quedara extasiado por completo y sus gritos de placer llenaran la habitación.
El encuentro fue tan intenso que el tiempo parecía detenerse.
La graduada recién divorciada encontró la felicidad en los brazos de su exprofesor de filosofía en la cama universitaria.
Después de años de amistad platónica, los dos amigos decidieron llevar su relación al siguiente nivel en el cuarto de ella.