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En cada caricia en el apartamento, ella dejó claro que no tenía intención de parar hasta que él experimentara un éxtasis tan intenso que lo llevara al límite.
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La estudiante se mordió el labio mientras el chico le susurraba obscenidades al oído, deseando poder llevar a cabo todo lo que le decía.
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La hijastra, con su mirada apretada de deseo, se acercó a él en el apartamento, dejando claro que estaba dispuesta a continuar hasta que él alcanzara el éxtasis.